
VII Juegos Centroamericanos, Guatemala 2001
Guatemala, el Corazón Centroamericano que Vibró con los VII Juegos Deportivos de 2001
En el alba del nuevo milenio, el espíritu deportivo y la hermandad centroamericana encontraron su epicentro en Guatemala. La tierra de la eterna primavera, una vez más, se alzó como anfitriona de los VII Juegos Deportivos Centroamericanos en 2001, demostrando una resiliencia inquebrantable y un compromiso férreo con el deporte y la unidad regional.
Durante los VII Juegos Centroamericanos, la asignación de la sede a la ciudad de Nueva Guatemala de la Asunción, el 24 de octubre de 1998, se erigió como un desafío y una promesa. Tras los estragos del huracán Mitch, Guatemala asumió la responsabilidad con entereza, superando obstáculos y preparando magníficas instalaciones deportivas que sirvieron como escenario para este magno evento. El compromiso del Comité Organizador, presidido por el Señor Ricardo Castillo Sinibaldi, y el respaldo del Gobierno de Guatemala, con el Presidente Honorario Señor Álvaro Arzú Irigoyen, fueron fundamentales para el éxito de la justa.
Un Fuego Ancestral Ilumina la Hermandad
La ceremonia inaugural, celebrada el 24 de noviembre en el monumental Estadio Olímpico Mateo Flores, fue un acto de trascendencia y emotividad. Ante una multitud vibrante, se desplegaron eventos coreográficos masivos y cuadros artísticos que cautivaron a la afición. El desfile de las delegaciones, la entonación del himno nacional de Guatemala y el izado de las banderas de los países participantes marcaron el inicio oficial. Sin embargo, el momento más conmovedor fue la entrada de la antorcha del fuego centroamericano. Llevada por atletas destacados, entre ellos la leyenda guatemalteca Mateo Flores, quien ya había sido portador en los III Juegos Deportivos Centroamericanos de 1973, este símbolo ancestral recorrió una travesía de 3,500 kilómetros desde el sitio arqueológico de Gumarcaj. La antorcha, más que una llama, era un faro de esperanza y un recordatorio de los lazos que unen a la región. La mascota de los juegos, «BALMI», y la canción «APRENDER A COMPARTIR» resonaron como himnos de esta fiesta deportiva, fomentando la unidad y la sana competencia.
Un Mosaico de Destreza y Pasión: Los Deportes Convocados
Los VII Juegos Deportivos Centroamericanos no solo fueron un escaparate de talento, sino un crisol de disciplinas que congregaron a 2,155 atletas y 733 oficiales. El programa oficial contempló 27 emocionantes deportes, abarcando desde la estrategia del Ajedrez hasta la fuerza del Levantamiento de Pesas, y desde la agilidad de la Gimnasia hasta la precisión del Tiro. Disciplinas como el Atletismo, Baloncesto, Béisbol, Boxeo, Ciclismo, Ecuestre, Esgrima, Fisicoculturismo, Fútbol, Judo, Lucha, Natación, Raquetbol, Softbol, Taekwondo, Tenis, Tenis de Mesa, Triatlón, Voleibol, Karate y Squash, ofrecieron a los espectadores un despliegue de habilidad y pasión. Además, dos deportes de exhibición, Remo y Tiro con Arco, brindaron un adelanto de futuras inclusiones.
El Medallero: Un Reflejo de Esfuerzo y Triunfo
La tabla del medallero oficial de los VII Juegos Deportivos Centroamericanos de 2001, es la crónica de cada gota de sudor, de cada entrenamiento incansable y de cada sueño perseguido. Guatemala, el país anfitrión, se alzó con el primer lugar, demostrando su poderío deportivo al acumular 142 medallas de oro, 129 de plata y 93 de bronce, sumando un total de 364 preseas.
País | Oro | Plata | Bronce | Total |
Guatemala | 142 | 129 | 93 | 364 |
El Salvador | 140 | 113 | 88 | 341 |
Costa Rica | 40 | 61 | 70 | 171 |
Nicaragua | 15 | 12 | 51 | 78 |
Panamá | 15 | 11 | 20 | 46 |
Honduras | 11 | 35 | 61 | 107 |
Belice | 3 | 5 | 13 | 21 |
Total | 366 | 366 | 396 | 1,128 |
Un Adiós con la Promesa de un Futuro Brillante
La ceremonia de clausura, celebrada el domingo 3 de diciembre de 2001 en el mismo Estadio Olímpico Mateo Flores, fue un emotivo epílogo. Tras el desfile de atletas, el entonces alcalde de Nueva Guatemala de la Asunción, Ingeniero Fritz García Gallont, entregó la bandera de ORDECA a la ciudad de Managua, Nicaragua, la próxima sede de los juegos. El ingeniero Melecio Rivera, presidente de la ORDECA, pronunció un discurso de clausura que resonó en el corazón de todos: «Los VII Juegos Deportivos Centroamericanos se han desarrollado muy exitosamente, por lo cual nos sentimos muy complacidos y orgullosos. Todos los pequeños problemas que fueron apareciendo en su camino gracias a Dios fueron solventándose hasta llegar por fin a la meta, cumpliendo así nuestro gran objetivo de brindarle a nuestra juventud deportista otra gran oportunidad de manifestarse a través del deporte». La jornada culminó con la vibrante participación de grupos musicales y artistas internacionales, un canto a la amistad y a la unión. El fuego centroamericano se extinguió, pero no sin antes entregar su esencia para ser encendido nuevamente en el sitio arqueológico de Gumarcaj, un símbolo de continuidad y la promesa de futuros encuentros.
Los VII Juegos Deportivos Centroamericanos en Guatemala no solo fueron un evento deportivo; fueron una reafirmación de la identidad centroamericana, un canto a la perseverancia y un legado de hermandad que sigue inspirando a las nuevas generaciones. Descansa en paz, Mateo Flores, tu espíritu sigue corriendo en cada atleta centroamericano.




